Hacia la construcción de la imagen…

Las dinámicas perceptivas visuales actuales llevan a plantear una morfología, cuyos límites disciplinares flexibles y permeables, acusan extensiones y cruces, que deben ser explorados y potenciados, no solo en el campo conceptual sino también en el campo didáctico y el de la experimentación, lo que implica el estudio de las formas y sus procesos de deconstrucción y su inserción en la problemáticas contemporáneas.

Experimentar   desde el pensar  la deconstrucción  y el procesamiento de imágenes así como su producción, desde la escala,  la textura y el color, a  través de montajes y encuadres, concientizando el uso de éstas variables sobre la estructura compositiva y agudizando las percepciones del espacio estético. que nos demanda el pensamiento actual.



El curso de Morfología aborda los principios básicos que orientan el pensamiento y acción sobre la forma.

En el marco de la enseñanza universitaria, la Morfología ocupa un lugar estratégico, constructor de sentido: facilita la integración progresiva de los diferentes modos en que se revelan, se comprenden y se crean las formas visuales en relación con la práctica productiva del diseño, desnuda las particularidades del pensamiento plástico del estudiante y también enfoca con sumo rigor —dado el alto grado de abstracción con el que habitualmente opera— la comprensión cabal de los procesos de diseño. 

Nuestra estrategia de acercamiento a la disciplina requiere estudiar tanto las relaciones entre forma y comunicación como los modos en que se perciben y organizan las formas. Estos son los ejes conceptuales que orientan el taller de Morfología. Así, familiarizar con ellos al estudiante permite abordar prácticas de generación, estructuración y transformación de múltiples universos operativos. Y es a través del estudio de las relaciones entre estos universos que el estudiante puede comenzar a descubrir y establecer —por sí mismo— las posibilidades de organizar y materializar formas. Este último aspecto, central en nuestra disciplina, requiere incentivar el estudio de técnicas instrumentales muy variadas, que permitan sostener sólidamente la capacidad inventiva del estudiante. 

El tiempo que nos ha tocado vivir es demasiado rico en inputs y poco pródigo en outputs: al ser humano lo atraviesan muchos estímulos irrelevantes e innecesarios pero pocas alternativas reales de expresión genuina. En esa dirección, pensamos que el estudio de la Morfología puede permitir aceitar estos procesos de entrada-salida y le puede otorgar al estudiante la posibilidad de un posicionamiento efectivo frente a muchos de los problemas que debe abordar como sujeto diseñador. Además de ayudarlo a dar los primeros pasos en su capacidad de comprender los elementos centrales del territorio de la Forma, la Morfología le permite aprender a operar en contextos de aplicación heterogéneos,  abiertos y —cabe definirlos así  en estas particulares circunstancias que atravesamos— inciertos.